Bolivia en video clip, La La La


La la la”, el canto de un niño ante el padre que le maltrata. “La la la”, la melodía que mueve al hombre de cemento. “La la la”, el bálsamo para un kusillo que dirige el tráfico bajo el sol. La canción de Naughty Boy (presentando a San Smith), que va en las 264.940 reproducciones en YouTube, muestra una Bolivia telúrica, onírica y que ha cautivado a propios y extraños. La alegría de los nacionales que viven en el exterior se ha dejado ver en los mensajes al pie del videoclip, así como en los comentarios de extranjeros, en diferentes idiomas, que por lo menos han dejado un “¡Bolivia!” como rúbrica de su paso por el portal.
Pero La la la no es el primer videoclip que el realizador inglés Ian Pons Jewell efectúa en Bolivia. El director de 28 años llegó por invitación de la cantante Luisa Gerstein (de la banda británica Landshapes), quien ya se encontraba en La Paz, y le propuso filmar su próximo videoclip, In Limbo, con los personajes de la lucha libre de cholitas.
Ian, con ánimo siempre predispuesto y fanático de contar historias —no por nada ya recibió en su país el premio a Mejor Video Urbano y una nominación a Mejor Video Nuevo— se encontraba en ese momento en Argentina y aceptó el nuevo reto. Ante sí, la Hoyada se abrió espléndida.
“Lo que más amo de trabajar en Bolivia es la libertad, la libertad con todo lo bueno y lo malo que conlleva”. Mientras lo hacía, ha tenido la fortuna de encontrarse con que la gente aceptaba sin reparos que se filme en sus casas, negocios o en las aceras. Claro, a diferencia de Europa, aquí la gente todavía se para en plena calle para ver qué se está filmando. “En El Alto no tanto, están más acostumbrados o son más tímidos”, agrega el cineasta.
El primer video fue todo un reto. Ian venía con un guion más o menos esbozado, pero las condiciones cambiaron elementos de la historia. Por ejemplo, la cholita luchadora (Mirian Lidia Mamani) debía pasar por las manos de los yatiris, pero al ser ella de fe cristiana, los escritores optaron porque fuera la artista inglesa quien apareciese recibiendo las bendiciones de los sahumerios.
Ese primer producto llamó la atención de la audiencia en internet, con 31.812 reproducciones en YouTube y comentarios como “tierra hermosa, misteriosa y cautivante, incomprendida por muchos... Pero linda como ninguna, orgullosa sin duda de ser Boliviana” (sic), escribió varicita888.
La segunda obra ya fue total iniciativa de Ian. No conforme con filmar e irse, propuso al sello discográfico en Inglaterra un nuevo trabajo en estos suelos: una versión personal del Mago de Oz que acompañaría a la canción La la la. Acto seguido se puso a buscar a sus actores, aunque al niño protagonista, ya lo había identificado. “Conocí a Franco, que acaba de cumplir siete años, en la filmación de una publicidad. Su mirada me dejó cautivado. Lo imaginé con un perro chow chow, que recién había visto en la calle. Se hizo audición durante dos días con niños de hasta 11 años, pero Franco Miranda fue el mejor”, sonríe el director.
Con el apoyo de las productoras Studio Murmur y Foqus & Gran Angular, encontrar a los demás personajes no fue difícil. La actriz paceña Carolina Zabala cuenta que “Adriana Aguilar, una de las productoras, me llamó para que fuera a una audición porque al director le gustaron mis fotos; Ian me sentó frente a la computadora para que viera la descripción del personaje” antes de la audición.
Personajes criollos
La descripción decía: “Bruja entrenadora: Mujer que ya se ha olvidado de sonreír, perdió a sus padres de pequeña, fue parte del ejército y así desarrolló su carrera de gimnasta, donde considera que cada clase es un entrenamiento militar. No soporta la desobediencia de la gente. Jamás pudo tener pareja; su único novio, en su primera relación,  murió”. Con esa clarísima descripción, Carolina estuvo presta para interpretar el papel en el jardín. Gritó tanto, reflejando tanto desprecio, que incluso la directora de arte, inglesa, salió corriendo de la casa para ver lo que pasaba. El look siniestro es un trabajo de la maquillista Paola Andrea Romay.
Al kusillo, Paolo Vargas, lo encontraron con algo de suerte: tocó la puerta de la productora para ver de qué se trataba la audición y vieron que tenía la estatura correspondiente y supieron de su experiencia previa en danza: “En el proceso de elaboración de mi personaje, tomamos como referencia al espantapájaros del clásico Mago de Oz. Lo que pocos saben es que el kusillo del video no es sólo eso. Mi personaje representa a un policía de tráfico, de esos que no tuvieron otra opción que convertirse en varita y quemarse tardes enteras bajo el sol de La Paz; está triste con su trabajo y ya no tiene labios que marquen su triste rostro. Debajo oculta su infancia, llena de temores y frustraciones. Por eso, protege y acompaña al niño”.
Figuras como Álex Terán, Alejandro Angelo, Justo Limachi, Valentín Tuscu y Simón, el perro chow chow, completan el reparto.
“Ha sido el trabajo más fuerte que he hecho en mi vida”, describe Ian. “He pasado el primer día sin dormir, con una mezcla de emoción y energía. Fueron cinco días con diferentes locaciones. Una labor muy dura, pero gratificante”. La elección del lenguaje del videoclip le permite, a través de cortometrajes, llegar a su audiencia tradicional y a la de los artistas que ponen la música, dice.
“Lo más bonito es tener audiencia boliviana y audiencia inglesa”. Además, la idea de vivir en Latinoamérica le está cortejando. “Después de estos videos me queda seguir trabajando. Espero devolver este respeto con más trabajos y así ser parte de la infraestructura del cine boliviano”.
Fuente: La Razón-escape

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